Amor gourmet...

Este parece ser un buen comienzo...el comienzo de un cuento. Aunque probablemente, no todos lo comprendan. Y les agrade. Habla sobre el amor. Y la muerte.Pero también deja entrever otras cosas, como la obsesión, los miedos, la soledad. La locura...

Yo la quería, eso siempre fue indiscutible. Por eso elegí sus pies. Con poca pintura en sus uñitas pequeñas y frágiles. Parecidas a pompones o cascabeles.Tobillos finos. Muslos apetecibles. Seguían sus manos. Parecidas a las alas de mariposas. Etéreas. Y sus brazos, donde luego de amarnos salvajemente y al mismo tiempo con toda la lentitud del mundo, yo descansaba mi cabeza. Llena de miedos e intrigas...y sospechas. Su cuello fue otra parte especial para mí. Allí se desgranaban mis besos. Allí nacía su risa y su voz cantarina. La extraño, claro. Pero era necesario tomar una decisión y creo que, aunque muchos hoy no estén de acuerdo, fue la mejor. No es por vanagloriarme, pero también la más inteligente. Sus senos, su ombligo y la curvatura de su espalda, quedaron para lo último. Ella lo intentó todo, es cierto. Tal vez no de la forma más correcta, pero lo que sucedió era inevitable.

Cuando me preguntaron, les dije « El lunes arranqué con una buena parrillada, el Martes hice descansar a mi mucama y ayuné. El Miércoles, siempre al mediodía, ya que no suelo cenar, dispuse un menú con preparados al horno. El Jueves seguí con frituras y de postre, frutas. Viernes, sólo ensalada y el Sábado y Domingo terminé con cazuelas. »Justo ese Domingo me puse a recordar sus ojos, todos saben que en ellos se guarda, cuando uno muere, por ejemplo, durante unos segundos, la última imagen. Y debía ser la mía. No fue igualmente, una buena experiencia, aún con todo lo sabroso, soy buen cocinero...recuerden.La policía estuvo unos días buscando sus restos. Qué gracioso.A nadie se le ocurrió ni siquiera imaginar mi estrategia. Nadie lo sospechó siquiera. Era obvio. Ahora lo confieso y por las dudas, les aconsejo, no se pasen con los condimentos, elijan con cuidado, no todos acompañan bien la carne humana.