La primera que vez que te pasa, te sucede de repente, sin previo aviso. Una noche, mientras estás durmiendo a placer, te despierta una sensación extraña. Dado el estado de duermevela en el que te hayas, no entiendes qué puede ser. Tu mente se ha reactivado sin tu permiso y te sugiere que te levantes de madrugada a apuntar las ideas que tu cabeza te está lanzando a esas intempestivas horas.
Tu confianza, que anda por allí al lado de las ideas, te hace creer que te acordarás a la mañana siguiente de todas ellas y te quedas en la cama confiando en esa creencia. Pero al llegar el momento de apuntarlas por la mañana, las ideas se han ido y, por más que te esfuerzas, no vuelven a aparecer. Con rabia te dices que eso no te va a volver a pasar nunca más, hasta que vuelve a ocurrir.
Sabes de sobra que si no te levantas a anotarlas en el momento en que se te ocurren las ideas a la mañana siguiente no te vas a acordar de ellas y no quieres, por nada del mundo, que eso te pueda pasar. Pero tu confianza y tu pereza te hacen pensar otra vez que tú no necesitas levantarte a apuntar una idea que te nazca de madrugada y la vuelves a perder.
Entonces llega la noche del cambio; ese momento en que te obligas, cansada de perder ideas que te parecían geniales medio dormida en la cama, a levantarte por primera vez a apuntar esa idea. Ese es un punto sin retorno hacia tu vida de escritor en el que tendrás que levantarte en más ocasiones de madrugada para escribir, pero jamás te importará. Es más, serás feliz de poder hacerlo porque escribir es tu forma de vivir la vida.
Por favor, sigue levantándote a escribir...
En eso estoy, Teresa. Gracias por tus ánimos
Siempre para delante. El mundo necesita leer tus historias. 😘
ola Lola, te hablare en portugues porque las ideias salem mejor; o teu conto revela o processo que nos ocorre quando temos uma ideia repentina, normalmente eu anoto as ideias para o meu romance, mas esse processo só me acontece durante o dia, enquanto estou desperto, nunca me aconteceu de noite uma ideia para escrever, hoje por exemplo caminhei na natureza e ao pisar as folhas outonais das arvores centenárias dos carvalhos as ideias surgiram em catadupa...és noctívaga? as ideias para os contos surgem-te de noite? abraço...
Mário, para escribir me da lo mismo el día que la noche, pero las ideas pueden nacer en cualquier momento, incluso de noche... Lo que tengo claro es que cuando se me ocurre una idea tengo que apuntarla al momento porque sino después, lo más probable, es que se me olviden.
Gracias por tu comentario.
@Lola Pena Dovale és correcto, temos que ter sempre o caderno á mão. abraço
Me leí en tu escrito, muy real. Saludos Lola!!!
Alejandra, bienvenida al club de las que tenemos que apuntar las ideas para no olvidarlas. ¡Qué suplicio esto de la escritura! 😉 Un beso, compañera.