Aquel triste payaso solo tenía a la bebida como amiga. Era la única familia que le abrigaba y le daba consuelo.
Un día decidió no desmaquillarse más, para qué. Andaba por las calles vestido de bufón y todo el mundo le miraba. La mayoría se reía y otros, los menos, lloraban al verle. Estos últimos sabían que el payaso estaba realizando su última actuación.
©Daniel Canals Flores 2019
